27 de abril de 2009

En el Mes de María Auxiliadora


El 24 de abril iniciamos el mes de María Auxiliadora, finalizando el 24 de Mayo con una gran fiesta en su día. Esta fiesta de la Virgen María, Auxiliadora de los Cristianos, fue instituída por Pío VII, para perpetuar el recuerdo de su entrada en Roma, el 24 de mayo de 1814, de regreso de su cautiverio en Francia por obra y opresión de Napoleón I. También tiene por objeto agradecer a la Virgen María, su continua protección del pueblo cristiano contra los moros, turcos, herejes y enemigos declarados de la cristiandad.

Es nuestra mamá, la que Don Bosco nos dió a conocer y Jesús nos regalo como MADRE y AUXILIO.


Oración de Ofrecimiento

Enséñame, oh María Auxiliadora, a ser dulce y bueno en todos los acontecimientos de mi vida; en los desengaños, en el descuido de otros, en la falta de sinceridad de aquellos en quienes creí, en la deslealtad de aquellos en quienes confié.

Ayúdame a olvidarme de mí mismo para pensar en la felicidad de otros; a ocultar mis pequeños sufrimientos de tal modo que sea yo el único que los padezca.

Enséñame a sacar provecho de ellos, a usarlos de tal modo que me suavicen, no me endurezcan ni me amarguen; que me hagan paciente y no irritable; que me hagan amplio en mi clemencia y no estrecho y despótico. Que nadie sea menos bueno, menos sincero, menos amable, menos noble, menos santo por haber sido mi compañero de viaje en el camino hacia la vida eterna. Amén.

22 de abril de 2009

La esperanza ante lo difícil


La esperanza “sirve” sobre todo cuando el corazón tiene ante sí dificultades y pruebas de importancia.

Lo fácil no es objeto de esperanza, porque sabemos que está a la mano, que se consigue en seguida, que las puertas están abiertas, que el espíritu y el cuerpo tienen la energía necesaria para alcanzar la meta. Pero cuando vemos el objetivo rodeado de dificultades, cuando tocamos nuestra propia debilidad, cuando percibimos la acción de personas o de circunstancias que hacen difícil y lejano el triunfo, es cuando más necesitamos la virtud de la esperanza.

En la vida humana miles de deseos están acompañados por una auténtica nube de obstáculos. En ocasiones, el modo de pensar “realista” nos lleva a reconocer que es casi imposible dar un paso adelante, que no vale la pena seguir en la lucha por algo inalcanzable. En otras ocasiones, con un mayor esfuerzo, con un poco (o con un mucho de esperanza) seríamos capaces de reavivar la voluntad y reunir energías para seguir en la lucha por conquistar algo bueno y noble que merece lo mejor de nuestra vida.

La sociedad necesita corazones que no se rindan ante las pruebas, que no se acobarden ante los reproches, que no se hundan entre lamentaciones y “quisieras” sin decisiones concretas. El mundo necesita hombres y mujeres con una esperanza ardiente, llena de luz, llena de valentía, que sepan mirar más allá de las dificultades para renovar la lucha, a pesar de las heridas que la batalla va dejando en la propia carne.

Desde la fe cristiana, sabemos que la meta verdadera y feliz a la que todo ser humano es invitado se llama Dios, que es Padre y Redentor. Y porque reconocemos que el Hijo de Dios quiso pasar por el dolor humano, tomó nuestra carne débil y sufriente, recorrió nuestros caminos polvorientos y sintió la sed tras la larga marcha de la vida, también sabemos que la esperanza cuenta con el mejor de los Amigos, de los aliados, de los compañeros.

No somos peregrinos ilusos que van tras un espejismo de engaños. Somos bautizados tocados por una Cruz que no fue la última página de la historia, sino el culmen del Amor bañado de esperanza. Tras la tristeza del Gólgota viene la alegría de la Pascua. Esa es la gran esperanza que tenemos los cristianos, por la que caminamos entre luces y sombras, entre obstáculos y caídas. Los ojos del alma miran hacia el frente, llenos de esperanza. Descubren así un horizonte en el que brilla la aurora que nos invita a dar nuevos pasos en la lucha por el bien, por la verdad, por la justicia, por el amor eterno.

P. Fernando Pascual
Fuente: catholic.net

17 de abril de 2009

YO PENSE...

Señor:

Pensé que la vida era fácil y no lo es
Pensé que nunca iba a fallar y falle una y otra vez
Pensé que nunca iba a necesitar tu ayuda y vos me la diste ayer, hoy y siempre
Pensé que nunca iba a necesitar un hombro para llorar y vos me lo supiste dar
Pensé que nunca iba a necesitar a nadie y no fue así hoy más que nunca necesito que estés al lado mío
Pensé que en esta misión las cosas iban a hacer difícil y no lo es ni lo será estando al lado tuyo
Pensé que nunca iba a decir esto pero hoy te lo digo, te quiero, te extraño, simplemente te AMO.


Félix Subelza

16 de abril de 2009

Aceptación: cuanto nos cuesta


Comparto con uds, reflexionar sobre lo que somos y podemos llegar a ser. Siempre aceptando que somos hijos de un Dios que es AMOR. Aunque la vida siempre nos pone a prueba... la esperanza y la fe van de nuestra mano para superarlas.


- Acepta lo que eres. Realidad de vida

- Aceptemos a Dios como dueño y Señor de la Vida. Julio Franco

- Aceptar mis miserias, es confiar en Dios que me ha creado tal y como soy. Este acto de aceptación implica la existencia de fe en Dios. Jacques Philippe

- Aceptemos el plan de Dios sobre nosotros. Martín Bretón

- Al final de las oraciones cristianas, “Amén” significa la aceptación del Plan de amor que Dios tiene para todos los hombres y especialmente para el que realiza la oración. Desconocemos autor

- Desde el primer instante de su Encarnación el Hijo acepta el designio divino de salvación en su misión redentora. Catecismo de la Iglesia Católica

- La aceptación legal del asesinato voluntario de un miembro de la sociedad por parte de otro miembro, comprometería desde la raíz uno de los principios fundamentales de la convivencia civil. Academia Pontificia para la Vida

- La mas grande aceptación de la historia, fue el "Fiat" de María, el aceptar ser Madre de Dios. Martín Bretón

- En amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo admitidos en el Amado, con quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia... (San Pablo, 1ºEfesios:5-7)

- Quien desea acceder a una verdadera libertad interior, debe entrenarse en la serena y gustosa aceptación de multitud de cosas que parecen ir en contra de su libertad. Jacques Philippe

- Señor, que sepa aceptar los dolores y fracasos. Autor desconocido


Fuente: www.pensamientos.org

7 de abril de 2009

FeLiCeS PaScUaS

Creo en el Resucitado,
En el Señor de la Vida,
en Jesús de Nazaret,
Carpintero sencillo, hombre de pueblo,
Predicador itinerante, compañero de camino.

Creo en el Resucitado,
El hijo de María,
Quien hizo vida sus palabras del Magnificat,
Porque llevó la Buena Nueva
A los pobres y excluidos.

Creo en el Resucitado,
señor de la comunidad,
Quien para enseñar el amor de Dios
llamó a discípulos
Para compartir su vida.

Creo en el Resucitado,
El que caminó los pueblos de Palestina,
El que anduvo por las orillas del lago,
El que se mezcló con la gente del pueblo,
Para mostrar con su vida
Que Dios no se olvida de los hombres,
Conoce el sufrimiento
Y quiere la liberación y la justicia.
Creo en el Resucitado,
El que se ocupó de los que sufren,
El que tuvo compasión de los enfermos,
El que se acercó a los marginados,
Para enseñarnos
Que el Dios de la Vida
Nace entre los pobres de este mundo.
Creo en el Resucitado,
El que se animó a presentar a un Dios vivo,
El que denunció los ritos vacíos
Y las leyes hipócritas,
El que habló con palabras sencillas,
Para enseñarnos que lo importante
Es vivir lo que Dios propone.
Creo en el Resucitado,
El que entregó la vida,
El que cargó la cruz,
El que vivió el conflicto, la incomprensión
Y la persecución por ser fiel.
El que nos enseñó que a Dios
Se lo conoce si se practica su voluntad.

Creo en Jesús, el que vivió
Como Dios quiere que vivamos todos,

Creo en el Resucitado,
Que nos llama a seguir sus pasos
Y hacer de nuestra vida
Una Pascua para los demás,
Un paso del Señor para todos,
Un signo de que la vida
Es siempre más fuerte
Que toda la muerte
Que nuestra sociedad engendra.

Creo en Jesús Porque quiero vivir como Él.



3 de abril de 2009

Para ir preparando el corazón para la Pascua..

Canción del P. Eduardo Meana. "Si quieres, te acompaño en el camino"

Les dejo un video que encontre en youtube que está buenísimo, es sobre los díscipulos de Emaús (LC 24, 13-35).

"Reconocer al Salvador aún cuando la adversidad nos de batalla, el Dios de la Vida siempre está y estará...

Tener corazón siempre dispuesto para recibirlo como acompañante y amigo en nuestro peregrinar por la vida, aunque la dirección del camino sea equivocada, Él nos estará acompañando.

Se acerca la conmemoración del gesto más grande de amor de la historia, preparemos nuestro corazón para recibirlo en el sacramento de la Eucaristía"



1 de abril de 2009

Al Divino y buen Jesús

Es muy bueno y placentero

Habitar en comunión;

Es divino, es hermoso

Ser de un solo corazón.

No buscando ya lo nuestro

Sino el bien de los demás;

El ejemplo del Maestro,

Imitarlo más y más.

Perdonando las ofensas

Y olvidándolas también

Deben ya quedar suspensas

Procurémonos el bien.

Reduciendo a la memoria

Al Divino y buen Jesús:

No buscó jamás su gloria,

Prefiriendo aun la cruz.

El pecado nos dividió,

Tristes huellas nos dejó,

Mas el Cristo nos restauró,

Con su amor nos ató



Arturo Borja Anderson